Una arquitectura que haga feliz a la gente y no sólo una que pueda ser admirada y disfrutada por arquitectos. La arquitectura debe estar al servicio de la sociedad, siempre por encima de intereses personales y falsos objetivos.
Lograr mantenernos fieles a nuestro objetivo original de crear la mejor arquitectura inspirada en los valores humanos.
Una arquitectura que cumpla con las necesidades de una sociedad, al mismo tiempo que contribuya a la construcción de mejores ciudades. Logrando funcionalidad, eficiencia y control de costo, debemos diseñar ambientes amigables y humanos, con atmósferas que transmitan paz, intimidad y optimismo.